Solo la vida tiene
claro
y tiene ojos,
yo estoy ciego
y le doy la mano
como un niño pequeño
como un feto
descarado y preguntón
que flota en el agua
y en el aire.
Solo la vida tiene
voluntad
y piensa,
y conoce y maneja,
y domina,
habla y calla
como quiere
y sin dar cuentas.
Yo mientras tanto
tropiezo en todas las
piedras,
me pierdo en todos
los cruces,
me enredo en agobios,
me visto de
incertidumbres.
Y muy lentamente
aprendo a confiar,
porque solo la vida
da momentos de paz.
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