Si
puedo salvar una flor,
decorar
un paisaje soñado,
o
nombrarme habitante de honor
y
tender una mano.
Si
puedo perder tiempo y horas
para
encontrar un amigo,
y sin
falsas esperanzas
ir
quemando mis navíos.
Si
quiero no ahorrar vida
sino
gastarla de poco a poco,
de
punta a punta,
como
ungüento que cura hondo
y
salva todo.
Y no
economizar momentos
o
guardarme emociones,
ni
dejar olvidados
favores
y sentimientos.
Encenderé
la mecha de mis días,
por
las mañanas,
y los
haré estallar,
hasta
que se derramen
como
lluvia hermosa,
como
agua hermana.
1 comentario:
Sutil. Hermoso.
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