Mis palabras
rebotan en las estrellas
y llegan hasta
los cielos lejanos,
son buscadoras
infatigables del infinito,
de los misterios
de mi universo,
y del sentido.
Y se elevan como
aves
en el azul del
planeta,
para defender la
paz
herida en tantos
lugares.
Mis palabras,
dicen adiós
a todo lo
conocido
y sobrevuelan mi
propio cadáver.
Ellas son la
punta de lanza
de mi guerrera
aventura.
Son aliadas de
la belleza,
tienen su carga
de luz,
siguen las
huellas
que otros
humanos dejaron
sobre la tierra,
y cuando
emprenden su vuelo,
con ellas viaja
mi vida entera.
Son tenaces
mensajeras.
Cuando las dejo
partir,
en un vuelo
único, arriesgado,
hondo y
completo,
ya han llegado a
la otra orilla,
y han alcanzado
su meta.
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