Desde que me
enteré
que la paz es la
voz de lo divino,
busco con anhelo
paz en mi vida,
nuevo camino.
Y puedo decirte
que te conozco,
te veo llegar
por las mañanas,
temprano me
levanto para esperarte,
y a lo largo de
la jornada,
siento la
alegría,
que por sorpresa
me anuncia tu
llegada.
Para vivir
necesito paz,
sin ella no
puedo ser puerta abierta,
ni airear sucios
rincones,
para limpiar mi
mirada.
Sin ella no soy
persona,
ni veo belleza,
ni vivo armonía:
solo vegeto,
y muero
en mi estancia
más sombría.
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