Estoy buscando
pistas,
indicios y
sonrisas
que me revelen
que por aquí
mismo pasó
y dejó su
esencia,
que allá ocultó
tesoros,
que allí se
fundió en la hierba,
se recubrió de
colores
y en los ojos
se hizo mirada
sincera.
Y cuando miro
mis manos,
veo una pieza
precisa y perfecta
que surge con
fuerza
de lo hondo de
la tierra
y mis pies son
sólidas raíces
y es la pequeñez
de mi cuerpo
el mejor testigo
de la grandeza.
Estoy juntando
momentos,
en los que solo
respiro y vivo
y me dedico a
ser testigo
de la esperanza
antes dormida
y de fecundos
encuentros,
conmigo misma y
con el destino.
Estoy asistiendo
al parto
tan esperado,
que alumbra luz
y da sentido a
mi camino
de ser humano.
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