Estoy en casa:
en esta orilla,
sobre esta
tierra,
bajo este cielo,
con mi cansancio
y con mis ganas,
en soledades y
en abundancia.
Presto mi voz al
viento,
que la propague,
que la repita en
tierras lejanas,
que llegue el
eco hasta otras bocas
y otras caras,
que son yo misma
en distintas patrias.
Presto mis pies
cansados,
que hacen
camino.
Presto mi grito
fuerte,
que no es de
voces sino callado.
Dentro del mismo
aire
que yo respiro,
tengo los
alimentos
que necesito.
Tras la noche
más cerrada
va la mañana,
junto a las
tierras secas,
corren las
aguas.
Estoy en casa:
con esta fuerza,
con esta calma
y con esta
rabia,
porque la vida
es mi única
patria.
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