Todo cuanto habita mi tierra es
santo,
todo es luz y fuerza
y eco sagrado,
música y caricia,
caminar somnoliento y esperanzado.
Todo está bien medido y bien
trazado,
la puesta de sol y los océanos,
el viento en mis velas,
las ganas que recorren mis
entrañas,
me despiertan los anhelos
y tocan las teclas de mi añoranza.
El firmamento alejado
y tan próximo a mis ojos
que rastrean lo creado.
El surco que trazan mis emociones
sobre mi cuerpo,
el corazón siempre inquieto
y las sendas que nos descubren
nuestro universo.
El impulso de la vida,
la sujeción de la tierra,
la libertad de las aguas
que mandan por donde pasan.
Todo lo que alcanza mi ser
es murmullo de una fuente,
y es reflejo de otros mundos,
y otras voces y otros soles.
Por el día yo transformo mis
paisajes,
en mis noches yo los pinto de
colores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario