Ya la buena noticia me acompaña,
se extiende como red
por mis entrañas,
y me llena de paz
hasta las lágrimas.
Y estoy preparada para anunciar
que toda la tierra es mi aliada,
y mi casa es tu palabra,
que ya no hay que esperar
ninguna señal,
ya tengo la fuerza necesaria.
Y de mí no depende nada,
soy un cuerpo de carne transparente
como el agua,
ya puedo dar luz a los ciegos,
sal a la tierra,
a los mudos, habla.
Y afirmar que no hay enfermedades,
ni tristezas ni desgracias,
solo lecciones
y enseñanzas.
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