Mi único defecto
es sentirme separado
de la esencia y de la luz,
de lo sabio y de lo eterno,
y pensar que yo respiro
siempre que quiero,
y que hay dos vidas,
y a una sola pertenezco.
Mi máxima ignorancia
es sentirme desgajado
y apartado en un extremo,
y sujeto a otras leyes
que me tienen prisionero,
y pensar que hay fronteras
entre mi piel y tu boca,
entre lo tuyo y lo mío,
y lo de arriba y lo de dentro,
y lo de abajo y lo divino,
y que soy un triste islote
en un torrente de vida.
Mi pecado es estar ciego,
y es mi única agonía.
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