viernes, 9 de marzo de 2018

Árbol que me amas


Árbol que me amas
y extiendes tus ramas,
en un gesto de paz y armonía,
árbol que me miras,
yo percibo tu esencia,
tu luz y tus hojas caídas,
y me sirves de ejemplo,
te miro y me miras.

Tú no puedes morir
porque de tus cenizas brotará más vida
y de tus semillas saldrá un árbol joven,
con hojas suaves y tiernas,
que no saben de ciclos de vida y de muerte,
y confían.

Tus hojas marchitas me hablan
de tiempo y cansancio,
tormentas y penas,
también de esperar primaveras
que curan y besan.

Tú piensas que yo soy distinta,
yo sé que tú rezas
igual que yo rezo,
yo sé que tú sueñas
en mi mismo sueño,
también sus suspiros los recoge el viento,
y miras al cielo.

Yo acaricio tus hojas cansadas,
tú acaricias mi marchita mano,
y ocurre el milagro
del encuentro
de dos seres creados.

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