Tu recuerdo se me apaga
pero quedas tú,
todo entero,
merodeando mi alma.
Tu sufrir ya se me olvida
y tus ojos no los veo,
tu sonrisa se me aleja,
te has escondido en mi sombra,
en lo hondo de mi cuerpo.
Te vas muriendo dentro de mí,
se va muriendo tu cara,
en una agonía lenta,
desgarrada.
Solo tu mano sujeta la mía,
como promesa,
como caricia que ya es eterna.
Solo tu mano me protege,
me da fuerza y me habla,
con torrente de palabras.
Solo tu mano resiste
y vence a la muerte.
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