domingo, 11 de octubre de 2020

Dios no está en el cielo

 

Dios no está en el cielo,

abandonó las lejanías

para respirar mi mismo aire

y aposentarse en mi cuerpo.

 

No busquéis entre los cometas,

ni en lo que no vemos,

él es mi persona

y todas las otras.

 

Dios está en el suelo,

al lado, delante, detrás,

dentro,

en mi trabajo y en mi descanso,

cuando me despierto

o cuando me apago.

 

No miréis a las galaxias,

a la creación que inició

ni al final de los tiempos,

él siempre es presente

como tú y como yo.

 

Nunca se ha escondido,

su luz es la vida,

su grito es eterno,

nunca se ha callado,

toda mi existencia

es suave latido

en su regazo.

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