En este año de gracia
en el que escribo
se abren paso mis palabras
emocionadas
que comunican y a veces riman,
bendita sea la fuente
de la que brotan,
benditos sean los pechos
donde se apoyan.
Doy la bienvenida a mis palabras,
saludo su constancia y su valentía,
en este mundo mortecino en el que
habito,
ellas llevan destellos de luz y
vida,
ellas reparten agua del manantial,
y limpian con ternura hondas
heridas,
ellas tienen la llave
de lo sagrado y de la armonía,
y siguen pasito a paso a la
alegría.
Larga vida a mis palabras,
que no son mías,
buena suerte les deseo
en este peregrinar,
buen camino y larga vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario