Cuando todo esto acabe
seguiré celebrando la vida,
la que no se agota,
ni enferma
ni mengua.
Y a la fiesta te voy a
invitar a ti
que me escuchas
que vives en mí
porque nos unió el destino
y eso es imborrable.
También invitaré al que no
es amigo,
al que no conozco
ni nunca veré,
al que es extraño,
pero sí ha nacido.
Porque vamos juntos
con pasos inciertos
y rumbo ignorado
a una muerte cierta
a una vida nueva.
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