Tengo un pozo de palabras
sin estrenar todavía,
por eso te lo agradezco
cuando dices que te escriba.
Mis palabras son audaces
aventureras, inquietas,
les gusta salir al sol,
les gusta pisar la tierra.
Yo las miro embelesada
pues tienen sabiduría,
la que me falta a mí misma,
la que busco día tras día.
No tengo poder sobre ellas
ni las puedo corregir,
solo tú con tu presencia
puedes hacerlas salir.
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