Todo cuanto existe es voz divina,
todo es su expresión
y su voluntad y su amor.
Qué belleza la de tu tierra,
los países desde la lejanía
sin idiomas ni fronteras,
ni fobias ni guerras,
qué cerca lo que está lejos,
qué grande lo que es pequeño,
qué increíble el mundo entero.
Me gusta aterrizar dentro del
corazón de tus cosas
y allí erigir un altar de paz y
agradecimiento,
me gusta escuchar tus saludos
cuando menos me lo espero,
eres un enamorado de lo más tierno.
Qué grande la sabiduría de mi
corazón
y de todos los corazones
para recibir el amor a traguitos
y para hablarle de tú al único que
sabe,
qué insolencia y qué inocencia.
Me puedo esperar cualquier sorpresa
del que solo sabe amar,
y las recibo a diario y las veo
llegar,
porque tengo mis ojos de dentro
bien abiertos,
y no por mi listura o mi voluntad,
eso, como tantas cosas, me ha
llegado como maná.
Todas las voces están llenas de la
Voz,
todos los colores son su expresión,
todo es puerta y es paraíso,
y estancia única y vivienda
para el que es y habla por nuestros
labios,
y camina con nuestros pasos.
Y no importa que unos lo vean así y
otros no,
porque para el que no ama
nace el que siente el amor,
y le presta su ilusión y su
oración.
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