Si se me hubiera dado el poder
de conocer el mundo
y comprender la vida,
de calcular las leyes exactas
de la materia y de mis días,
si para mí nada fuera sorpresa,
a este tiempo que llamo existencia,
le faltaría la sombra.
el dolor y la rabia,
la sal y el misterio,
y los momentos de luz
y de encuentro.
Se me apagarían las ganas,
no iniciaría mi aventura
en cada madrugada.
Ya no escogería palabras
para halagarte,
ni te perseguiría por mis esquinas,
ni sacaría enseñanzas
entre líneas.
No se me encogería el estómago
cuando me miras,
no crearía paisajes,
ni sería la tierra entera
portadora de mensajes.
Si no tuviera que hacer ninguna
pregunta,
ni despejar dudas,
se transformaría todo
en perfecta rutina
de cosas sabidas.
Y nunca más esperaría
las caricias que vienen del aire,
ni me acompañarían las flores,
ni sentiría tu mano
para ahuyentar temores.
Ya no sería un guerrero de lo
imposible,
no lucharía batallas,
no me hablarían silencios
ni inventaría plegarias,
ya nunca más me sentaría
a la sombra de mi esperanza.
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