sábado, 17 de agosto de 2019

Nadie comprende mi calma


Nadie comprende mi calma,

ni mi silencio,

ni el alcance de mi palabra.

Nadie ve en mi soledad

más que desgracia.



Nadie ve el coro de dioses

que me acompaña,

haga lo que haga,

ni las musas que por los rincones

se me declaran,

ni la alegría que me recorre

y se ramifica

en mi tierra amada.



Nadie sabe que soy hermana

de toda criatura nacida,

tenemos el mismo techo

y la misma casa.

Y que soy madre

de tantos seres errantes

de tantos hijos sin patria,

que buscan sentirse vivos

en la distancia.



Nadie ve que no camino,

que me he quedado rezagada

observando brotes tiernos

y aguas cristalinas

que a mi lado pasan,

contemplando el nuevo sol,

la nueva luz de la mañana.



Que me he quedado preñada

tan solo escuchando el agua,

y mi parto es dulce y grande

pues solo alumbro esperanza.

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