viernes, 17 de marzo de 2017

Ayer se adueñó la sonrisa

Ayer se adueñó la sonrisa de mi persona
y no me abandona,
es una sonrisa de dientes y boca
y de locos sueños
y de luces locas,
y de pasos que no tocan tierra,
de ansias gigantes
y cosas pequeñas.

Mi amplia sonrisa me guía
montaña hacia arriba,
y me empuja firmemente
con sus manos de alegría
para subir a lo más alto
de mi monte santo.

La sonrisa se me apodera
y le quita espacio
a la muerte seria
y a la tristeza.

Nada más la luz abre la mañana
mi nueva sonrisa se asienta en mi cara,
me estira los labios

y me ensancha el alma.

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