De qué me sirve
la vida
si no la
dedico al universo,
al de las
estrellas
y al de mis
silencios.
Si no me
mueve la sed
y busco
fuentes de agua
como el
ciervo sediento.
De qué sirven
mis días
si no voy a
tu encuentro.
Sueño una
canción emocionada
que grite mis
desvelos,
y exprese mis
deseos,
atrapo las
palabras
que recorren
mis senderos.
Y con poco
equipaje
y alegre
caminar,
emprendo mi
regreso
caminando
entre los vivos
y siendo
acompañada por mis muertos.
De qué sirve
la belleza
si yo no abro
mis ojos para verla
si sepulto mi
cabeza
y mi energía
en lo más profundo
de la madre
tierra.
Para qué sirven
mis días
si no se me
desboca el corazón
cuando siente
tu presencia,
si no tengo desnuda
el alma
y se empapa
mi vida
con tu
esencia.
Para qué me
levanto en la mañana
si no respiro
hondo,
si no me
siento amiga
y profundamente
humana,
buscadora de
imposibles,
soldado de la
belleza,
y de todo
cuanto existe,
hermana.
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