La paz es la
respiración
de cada piedra,
de toda
estrella,
de mucha gente
sencilla
sobre la tierra.
La paz es el
mismo cielo,
llevado a
hombros de caminantes,
metido en barro,
somos vasijas
del infinito,
mitad humanos,
mitad divinos.
Es puerta
abierta
y mano que se
entrelaza
con otras manos,
sonrisa amable
y vida tierna;
y es el sustento
necesario
de hombres y de
mujeres
que la
transportan con su presencia.
Está hermanada
con la alegría,
es gran amiga de
la paciencia.
Impulso suave en
mis cimientos
y voz en calma,
ladrillo que me
construye,
ladrillo de
agua.
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