He aprendido a adivinar
la voz que me anuncia la
palabra.Es un susurro no esperado;
es un murmullo de mi fuente,
que no grita,
sólo dice: confía en tu impulso,
síguete a ti misma.
He leído en los deseos
que me indican el camino,he penetrado en otros ojos,
en otras miradas vivas.
Me he sumado a la marea
que va juntando los restosde todos los naufragios
en la arena.
Y con mi propia sangre
he dibujado un poema,
lleno de letras y de palabras
y de ternura nueva.
He reconocido los nuevos signos,
que me anuncian que estoy
en otra tierra.
Y antes del amanecer
junto mis fuerzas,
para pedir ayuda
y para que llegue mi oración a tu presencia.
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