Las palabras
cargadas de paz
se elevan sobre
los árboles altos
y sobre las
miradas,
y viajan.
No les detiene
la distancia
ni las barreras,
son palomas
fuertes,
tenaces
mensajeras,
y se marchan a
los campos de batalla
y a los
corazones destrozados,
que las esperan.
Nuestra paz se
suma
a la paz del
mundo;
y se extiende
como dicha
contagiosa,
como marea que
inunda.
Nunca imaginamos
cuánta
importancia tienen
las palabras que
se gestan bien adentro,
y que brotan de
la fuente,
que es la vida,
con la guía y la
misión
de ayudar a
hermanos nuestros.
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