Me ha tocado el mundo como herencia
porque yo he sido el elegido
para disfrutar colores y sabor
y recoger cientos de regalos en mi mano.
Me ha tocado un trozo de la luz
y de aire limpio y perfumado,
y también una voz y un corazón
que es un buscador ilusionado.
Me ha tocado un tiempo poderoso
y un espacio sagrado que es el mío,
unos ojos que se abren poco a poco
y un silencio que no siempre distingo.
Me ha tocado la vida como prueba
de que me has señalado y escogido
y que siembras mis noches y mis días
con millares de deseos encendidos.
Me ha tocado el mejor sitio para ver,
me has dejado admirarte en la creación,
has quitado la muerte de mi vida
y has buscado un sitio en mi interior.
Me ha tocado un Dios que ya es yo mismo
y unas ansias que cruzan mil fronteras
y recorren caminos y navegan
para encontrar espacios infinitos.
Me ha tocado tu risa como cielo
y el eco de tu voz como sendero,
las estrellas viajeras como guía
y un horizonte azul día tras día.
Me ha tocado la luz como caricia,
y un mar que ya es amigo y me acompaña,
y el poder de anunciar buenas noticias
y gustar la soledad que me regalas.
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