Voy a rezar mi vida palmo a palmo,
recuperar soles y alegrías,
reunir fobias y temores
y ahuyentarlos con mis manos.
Solo ves las estrellas si confías.
Voy a entonar un himno agradecido
con las letras que han sido desechadas,
con pequeños silencios y suspiros,
y con restos de voces y miradas.
Todo en mí trabaja para el día
y para cada momento conseguido
en el cruce de todos mis destinos.
La soledad infinita me acompaña,
me da la nueva luz
y espera con paciencia que yo nazca,
me forma en los silencios
y me aguarda.
Reuniré versos,
anunciaré siempre primaveras,
repetiré gestos
y viviré asombrada,
para que en todo pueda dar las gracias.
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