Usar mi propia luz
para encender mi vida
y dar pequeños pasos
siempre hacia la paz del mundo,
la que se construye dentro de mí
desde el inicio del tiempo.
La paz me pone en movimiento,
es mi amiga inseparable,
a la que siempre protejo
de todos los temores y las batallas
que pretenden derribarla,
porque no me pertenece
es tan solo regalada
y llega a mí para regalarla.
No hay otra vía ni otro río
que me lleve más directo,
en sus aguas caudalosas,
y también en sus tramos secos.
No puedo poner puertas a la vida,
ni encerrar la alegría en una prisión,
no tengo defensa ante el viento
que se cuela por mis rendijas.
me alimento de las corrientes
que llegan hasta mí
desde una fuente de amor.
1 comentario:
No puedo poner puertas a la vida
Ni encerrar la alegría...
Me alimento de la fuente de amor
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