En mi
balcón,
dentro
de un planta,
allí
crece Dios.
El sol
y la lluvia
y el
aire
la
inundan de amor.
La
misma intención
que
creó los mundos
se
convierte en flor.
En un
ser que vibra,
siente
lo que hace
y
grita su fuerza.
Lo
mismo que yo.
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