No quisiera que la vida me pasara
siempre de puntillas,
quisiera sorprenderla en pleno día,
mirarle a la cara
y ahí mismo desnudarme
de prejuicios y mentiras,
llevo polvo acumulado
de los caminos que transité,
llevo cansancio y heridas.
No quisiera haber vivido
sin saber que las estrellas me miran,
y que los cielos se enamoraron
de mi persona un día.
Por eso este nuevo amanecer
yo contemplo la otra orilla,
pongo en mi boca un te quiero
y me siento agradecida.
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