Y si no miramos la
cara amable de la vida
y nos dejamos
enamorar por una sonrisa.
Y si no vibramos
con nuestros deseos
y alcanzamos los
cielos en un vuelo.
Y si no brillan
nuestras estrellas interiores,
ni brotan fuentes
de luz a nuestro paso,
y no notamos la
presencia
de los espíritus
buenos que tenemos al lado.
Y si creemos que
estamos solos,
que solos
dirigimos el timón de nuestra nave
con rumbo
ignorado,
y arrastramos
pesos invisibles,
y nos sentimos
fuera del paraíso soñado.
Y si nos han
alcanzado las balas
de las
preocupaciones innecesarias,
y no vemos más
allá con nuestra vista cansada.
Y si confundimos
la vida con la rutina
y creemos que con
la muerte todo se acaba.
Y si, por fin,
abriéramos los ojos
a los tesoros que
nos envuelven
y diéramos el
pequeño paso
de sentirnos
afortunados
y de dar gracias.
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