Levántate,
sal
de ese pozo
donde
nada sientes,
donde
nada ves.
Levanta
tus ojos al infinito,
extiende
las manos hacia la luz,
sigue
la estela
de
tu alegría,
vuelen
tus deseos
junto
con tus pies,
y
que tus labios sonrían.
Levántate.
Coge
los pesados fardos
que
has trasportado,
tira
los impedimentos,
aparta
las muletas
y
las barreras de paralítico,
atrévete
a caminar
sobre
el invisible abismo.
Y
anda.
Con
lo que sientas,
con
lo que sepas,
porque
lo esencial
ya
te visita
y
te alimenta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario