Cuando yo me haya muerto,
continuará la vida
y la esperanza
seguirá siendo la dueña de la
Tierra,
todas las flores vendrán en
primavera,
se volverán a vestir con los
colores
para danzar a la par que las
estrellas.
Y habré roto los ciclos que me
atan
a la vez que me liberan,
estaré plenamente en el paisaje,
seré azul en el cielo
y bálsamo en la Tierra.
Y se quedarán en el aire las
preguntas
que me han acompañado
hasta el último suspiro,
se acabará por fin la noche
y comenzaré a vivir
en los corazones que son míos.
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