Esta noche me he
encontrado
a mi libertad en
una esquina,
me ha seguido la
pista
para mirarme a
la cara,
yo la he
recibido con sonrisa ancha,
también la
esperaba.
Mi libertad y yo
hemos estrenado
un nuevo camino
y hemos arreglado
una nueva casa,
hemos cambiado
planes
y alterado
horarios
para no tener
que separarnos.
Y es mi mejor
aliada.
No para,
no le asustan
las barreras.
No teme,
porque es
confiada.
No habla,
actúa en
silencios.
Y nunca se agota
su esencia
sagrada.
Es libre mi
libertad
para atarse a mi
destino
y perder
profundidad
y adentrarse en
mi espacio verdadero
que es mi
anhelo.
Es grande mi
libertad
para dejar sus
anchuras infinitas
y brillar en lo
más escondido
y pequeño de mi
vida.
Es fuerte mi
libertad,
generosa y
decidida
y derrama su
frescura
firmemente y sin
medida.
Huye de
seguridades
igual que
si fueran cárceles,
vive libre de
ataduras
y de bienes
materiales.
Es amiga de la
luz
y de lo sabio,
de la calma y el
sosiego,
renueva mis
energías
y hace grande mi
tiempo.
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