viernes, 25 de noviembre de 2016

Sin saber

Sin saber por qué he nacido,
me gusta definir
hasta el aire que respiro.
Y me tranquilizo
cuando me cuadran los nombres
y averiguo el sentido,
porque me siento señora y dueña
de todo lo vivido.

Ignorando, exactamente,
si muero o vivo,
si sufro o río,
o si hay camino.

Sin saber dónde está la fuente
de la belleza,
y de la armonía que me armoniza,
y de mi energía.

Ni cuál es el motivo de mi desdicha
y de mi alegría,
ni cuándo me pongo en marcha
o estoy en pausa.

Sin poder guardar silencio,
para escuchar las voces
que llevo dentro.

En el centro de mi más profunda ignorancia,
de mi diario no saber,
consciente, más que nunca,
de que no sé,
te espero cada día,

por favor, ven.

No hay comentarios: