Mi alma (1)

Mi alma se asomó

a través de mi conciencia y de mis deseos,

quiso revolucionar mi casa

poner patas arriba

mis inamovibles conocimientos.

Luchó a brazo partido

para desterrar certezas

y rectos criterios,

para demoler angustias

y poner alegría en mis sentimientos.

Mi alma era libre y pura

y venía acompañada por la luz y por el día,

tenía don de visión,

una carga de inocencia,

era la misma sabiduría

noble y eterna.

Ella puso en mí la magia necesaria

para dar sabor a mis días,

barrer mis antiguos miedos

y regalarme en mi noche,

horizontes infinitos y acogedores.

Mi alma es tan vieja, tan vieja,

como los primeros astros errantes

que alumbraron estas tierras,

cuando empezaron los días

y el tiempo se adueñó de las conciencias.

A la vez mi alma es tierna

y se ilusiona con primaveras que brotan,

con las palabras amables,

con cualquier gesto de unión

o alegría pequeña.