Me pondré en marcha cada día,
abriré las puertas de mi corazón al
alba,
para dejar pasar a mi buena estrella,
la que me alumbra y me ama.
Será mi escudo la ilusión sincera
frente a la tiniebla y la desgana
y mi faro la luz que me has dejado de
tus ojos
y de tu piel amada.
Sembraré confianzas
y desandaré tristezas que me amarran.
Tengo buenos maestros que me guían
y la madre naturaleza es mi aliada.
Entre renglones torcidos me has hablado,
has sembrado mis neuronas
y revolucionado mis ansias,
no soy la misma hoy,
ni lo seré mañana,
los pasos que camino
conducen a la paz de mis entrañas.
Bienvenidos mis éxitos y errores,
mis risas y lamentos,
las preguntas que se enredan en mis
labios
y se instalan en mi centro,
mis respuestas únicas,
aventureras y mágicas.
Bienvenida sea mi luz
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