Hoy rezo por ti, hermana y hermano
porque te he conocido
y sé que eres yo misma
en distintos sitios,
que compartimos los miedos,
que anhelamos lo mismo,
somos hijos de una Madre
y también Padre divinos,
que nos abraza dichoso
y nos envía su Viento
para señalar caminos.
Guiados por ese Aliento
que es espíritu y amigo,
le seguimos a Jesús
quien habita nuestro centro
y nos ha hecho discípulos.
Bendita mi gran familia divina,
bendito tú: amigo y amiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario