Dios es
quien empuja mi verso,
también
es la sustancia
de la
que se componen los cuerpos.
Y es la
nube y es la luz y la sonrisa,
y se
transforma en lo que yo quiero.
Mi
materia es infinita,
un
misterio de belleza.
Mi
corazón de criatura
alcanza
a toda la tierra.
La madre
paz me rodea
en medio
de la tiniebla,
no
quiere que tenga dudas
y me
venza la tristeza.
Mi
pequeño espacio creado,
contiene
los ingredientes,
que
necesito a diario
para
encontrarte a mi lado.
Y no hay
más milagro
que el del
amor, que se asienta
en mi
interior,
y maneja
mis hilos hacia Dios.
Porque
nada hay imposible
en este
pequeño mundo,
en este
universo hermano.
Todo
ayuda a todo:
lo que
nace de ti mismo,
vuelve
al morir a tus manos.
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