Me has visitado
cuando no me lo esperaba,
en horario de trabajo,
yo preparaba otras cosas,
y me creía que todo dependía de
mi persona.
En medio de los grandes
quehaceres del universo,
ha llegado hasta mí tu cuerpo,
misteriosamente, en silencio.
Yo no he preparado este
encuentro,
ha sido tu mano llamada azar
y tu corazón bueno.
No me lo puedo creer
que estés aquí en mi casa,
con mis cosas,
por tu voluntad,
no por mi empeño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario