Que yo no te tape la luz,
que yo no te quite la vida,
que yo no te corte las alas,
que yo no te ahogue en un pozo profundo,
que yo no te mate,
que yo sea tu amiga.
Que el viento me invada por todos mis
poros,
y la luz se instale en mi mismo centro,
que tenga mis puertas y manos abiertas,
raíces al aire y ramas extensas.
Que mi boca se abra para el alimento
y mi voz se mezcle con todas las voces
que hablan y miran al cielo,
que mi cuerpo sea testigo entre otros
cuerpos.
Que sea una nota afinada de la partitura
dentro de la sinfonía de mi universo.
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