Voy a meter el tiempo en vasijas
pequeñas
para hacer magia con ellas.
Voy a robar horas a la noche
para seguir a la estrella
que me alumbra y me espera.
Voy a almacenar minutos largos,
segundos eternos,
porque me han regalado un tiempo
y no puedo perderlo.
Soy el dueño de mi tiempo,
lo disfruto sin medida,
lo poseo y lo hago trozos,
se me escapa con torpeza,
lo doy con manos abiertas,
y me muero entre sus brazos.
Tengo un acuerdo con él,
si le hago buen sitio,
él me arrulla.
Por eso me gusta,
me sabe a tesoro escondido,
a cofre de perlas,
a viaje infinito,
a polvo de estrellas.
El tiempo me impulsa
y me acerca a mi meta.
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