Qué increíble
el baile del universo.
En medio de
las galaxias,
de los astros
y los agujeros negros,
en una
preciosa tierra,
y dentro de
un ser humano
existe un
cielo.
Como una
chincheta clavada
entre las
estrellas,
la tierra con
sus personas
se asoma
hacia la creación
y siempre se
asombra.
La tierra que
gira y flota.
A veces las
borrosas nubes
se instalan
en las personas
y no les
dejan ver
más allá de
su sombra,
pero cuando
la luz se asienta
y las nubes
se vacían como esponjas,
entonces se
ensancha la vista,
el corazón se
desboca,
la palabra
danza y grita,
y vislumbramos
la paz
que todo lo impregna
y reflejamos
la dicha
que es tan
nuestra.
Y mientras
saludamos con emoción
a nuestra
consciencia,
se escucha al
sabio
con sus
palabras:
cuanto te inquieta es falso
tan solo vale la calma.
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