Todo lo que mi corazón desea
cabe en una sonrisa
y un gesto amable
porque mi soñada meta
es que me ames
y yo amarte.
Cuando siento mis raíces que se hunden
en la tierra
para saciarme
sale de mis labios una canción
agradecida
que dice: madre.
Soy coleccionista de palabras
con las que sueño
y con las que vibro,
que me van reconduciendo
y acercando a mi destino.
Recibiré a mis palabras amigas
con alegría verdadera
les dejaré el lugar más confortable
porque ellas me guían entre los espinos
del no saber y la incertidumbre
y me sostienen
en lo profundo de mis abismos.
Todo lo que pido al infinito
cabe en el hueco de una palabra
ella será mi maestra de luz
señalará el manantial donde hay agua.
Y cambiaré mis esquemas
para dejar de ver en el árbol
tan solo un árbol
y la tierra donde haya tierra.
Apartaré las cenizas
que ocultan brasas
y traspasaré las barreras de lo humano
para ver solo vida que danza.
Hasta reconocer a la belleza que manda
y dejar el mejor sitio a la esperanza.
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