En mí habitan corrientes encendidas
que buscan expresarse en el asfalto,
entre las pequeñas piedras
y a través de mis faenas,
con fuerzas inspiradas y creativas.
Yo elijo dejar paso a mi misterio
y que se exprese en mi sonrisa
o que llegue a su destino
con un simple te quiero.
Doy las gracias a mi piel y mis sentidos
que dibujan la forma de mi persona,
ese cuenco que ha sido moldeado
para transportar al mundo luz de vida.
Voy desde la cabeza al corazón,
a las entrañas y a los mismos pies
que me llevan y me traen,
construyendo mi camino.
Navegante que pierde el rumbo
qué pasa si no quiero rendirme,
y tengo preparados
mi corazón y mis oídos
para la buena noticia
que es asombro y maravilla.
Qué pasa si me uno a la intención
que mueve mundos
y crea estrellas encendidas.